Lunación de Berlín en el verano del 39

Recordando situaciones semejantes a las de New York me ha venido al recuerdo la lunación de agosto de 1939.
La lunación de agosto del año 1939, calculada para Berlín, situaba a las luminarias exactamente sobre el Ascendente de la capital de Alemania, algo que sólo puede ocurrir de forma aleatoria, una vez cada 360 lunaciones o lo que es lo mismo, tiene las mismas posibilidades de suceder que una casilla de una ruleta de 360 números, como ocurre ahora en New York

Y les tocó a los alemanes. Un extraño impulso que viene no se sabe bien de donde, un impulso semejante al que lanza a las hormigas guerreras de un hormiguero hacia la destrucción de sus congéneres, así ocurrió a finales del verano de 1939.
La lunación de agosto de Berlín, al igual que muchas otras, prueban una vez más la influencia astrológica sobre las actitudes humanas. En Berlín, el Sol y la Luna formaban una perfecta conjunción en el signo de Leo, los rubios aprendices de héroes se sintieron de raza superior y se lanzaron por el peor camino que puede tomar una pueblo que se siente fuerte, que fue intentar expandirse invadiendo a su vecino más débil. Un año después las botas alemanas pasearon por los Campos Elíseos.
El planeta Marte, el planeta de las guerras, estaba exaltado en Capricornio, en Gozo en la casa VI, formando un trigono con Urano (la aviación) retrogradando en su última estación, a punto de lanzarse a un movimiento progresivamente acelerado.
El día 1 de septiembre de 1939, la lunación y el Ascendente progresado llegan justo a la cúspide de la Casa IX y al lugar de Júpiter, justo cuando empieza la invasión de Polonia.

El 1 de septiembre de 1939 a las seis de la mañana, las tropas alemanas cruzaron las frontera germano-polaca y comenzó la invasión, Con ella se da inicio a la Segunda Guerra Mundial.
Hitler dio la orden de invadir Polonia sin declarar la guerra previamente. Dos días después los gobiernos de Inglaterra y Francia declararon la guerra a Alemania.

Regresando al 2008, conviene saber que nada tiene que ver un cielo con otro, salvo el hecho de que las luminarias están en el Ascendente, lo único equiparable es que se trata de tiempos y lugares con un protagonismo que tiende a expandirse más allá de sus fronteras.